viernes, 18 de noviembre de 2011

Restauración Sagrado Corazón Huescar. Granada.


INFORME SAGRADO CORAZÓN

La imagen objeto de estudio, es una obra de talla completa que representa la iconografía del Sagrado Corazón de Jesús. Escultura que ha sido sometida a diversas intervenciones, las cuales no han sido afortunadas en ninguna de ellas, perdiéndose la hechura original de la misma.
Basándonos en la última intervención, la imagen presentaba un aspecto poco presentable al espectador, tanto estética como técnicamente, pues lo recursos empleados con poca fortuna, empeoraban con gran magnitud el estado anterior de la obra.
Por tanto, se hace necesaria una intervención en la misma, con el fin de recuperar la unción sagrada de la imagen, de tal forma que invite a la oración y contemplación, aspecto que no poseía la talla.








En cuanto a las características formales de la obra, nos encontramos ante una obra de talla completa, de tamaño natural, con los ropajes y peana incluidos en el mismo bloque estructural.
A simple vista destacan, todos los postizos que se han incluido en la imagen, y que para nada, tienen que ver con el original, y que han sido colocados con libertad por el anterior restaurador, sin seguir el criterio de conservación en ningún momento, pues ante las catas realizadas, se observa claramente que no existe nada original debajo de la capa pictórica.
Las manos del Señor, antinaturales y antiestéticas, de pésima calidad y ejecución, presentan un acabado de igual calidad que el resto de la obra, por lo que han de ser sustituidas por un juego de manos acorde con la obra y de calidad.
Por tanto, se hace necesaria en la intervención la retirada, en primer lugar, de una capa plástica que recubre a toda la obra, y que como en los documentos fotográficos se podrá apreciar, se trata de una especie de látex, lo que proporciona a la imagen un aspecto rugoso, artificial, y lejos sin más de los mínimos requeridos en una obra sagrada expuesta al culto devocional.
La capa pictórica que nos encontramos debajo, es plana, sin matices, pátinas y sin seguir los criterios de la policromía barroca empleada en este tipo de obras.
Se procede pues, a retirar toda la capa pictórica de la imagen y de los ropajes, en los que se emplea un falso estofado, de mala ejecución y mal resultado estético. Así pues, se decide retirar tanto la policromía y el aparejo, pues no son originales, sino propios de la intervención anterior, y descubrimos, que los ensambles, no están cubiertos con fibra de vidrio o gasa de algodón, sino con cinta de carrocero adhesiva.












Retirada de la gruesa capa de látex  que recubre toda la imagen.

Así mismo, encontramos numerosísimos postizos realizados con pasta de madera, inventando mechones en la cabellera no originales, tirabuzones y modificando la dirección original del cabello. Una vez retirado todo esto, se descubre que quedan restos del cabello anterior esbozados, por lo que se retalla la cabellera, siguiendo los trazos originales de la gubia.
Fruto de la intervención anterior, el rostro del señor se encuentra totalmente plano e inexpresivo, advirtiéndose también la presencia de numerosos volúmenes ejecutados con pasta de madera en barba, pómulos y labios. Por tanto, y con el fin de aproximar lo que en un origen fuese la talla, de la que no se poseen documentos gráficos de su hechura original, se retalla el rostro, dotando a la imagen de un perfil cristífero, sin emplear pasta alguna, y empleando únicamente la base de madera existente, obteniendo un rostro lleno de bondad, naturalidad y lleno de unción sagrada.








 En el pecho, encontramos el corazón, al que el anterior restaurador incluye una serie de rayos, inexistentes en el original, realizados con pasta de forma burda, por lo que se procede a su retirada, dejando únicamente el corazón con la llama, y emparejando la anatomía.

En cuanto a los ropajes, encontramos numerosas lagunas rellenas también de pasta, y creando volúmenes no originales, dando a la talla un aspecto tosco. Se retiran pues, dejando al aire volúmenes ocultos, observando el empleo de diversas maderas en la ejecución del mismo, que son posteriores al original, pero que por su buen ensamble y por completar lagunas originales, se decide conservar.
Los pies, al igual que el resto de la obra, presentaban los dedos alargados sin motivos, por pasta de madera, ocultando la anatomía y uñas originales, por lo que se retiran postizos y retallan con el fin de obtener un resultado lo más próximo al original.





















La peana, se sanea igualmente que el resto de la obra, ensamblando las partes débiles y preparando para el estuco.
Una vez realizada toda esta labor de limpieza, hasta dejar toda la talla en madera, modelado y retallado, se prepara la misma, tapando los poros con agua cola de conejo y encintando las uniones de los múltiples ensambles con fibra de vidrio y cola de conejo. Preparando la talla para recibir las diversas manos de estuco, y crear una base adecuada para realizar el trabajo polícromo.
Tras su lijado, y previas capas de goma laca y esmalte, se procede a la policromía a base de óleos de primera calidad bruñidos con piel de cordero, patinado y protección de la obra con cera. Se colocarán pestañas postizas, realizadas con pelo de marta y con un tamaño natural.
La peana será policromada siguiendo la técnica del marmoleado.


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Málaga, noviembre de 2011.
David Anaya Fernández